Más que una tendencia, los modelos de desarrollo sostenible son una necesidad para la identificación y reducción de impactos.
Día a día vemos en las noticias diferentes fenómenos climáticos como sequías, inundaciones y temporales de grandes vientos, entre otros, que en los últimos años no solo han aumentado su frecuencia, sino también su intensidad.
Estos cambios son provocados por el aumento de la temperatura mundial que, a su vez, es consecuencia del renombrado efecto invernadero. Pero, ¿sabemos qué significa? La producción de energía, la quema de combustibles fósiles, la deforestación y la generación de residuos urbanos, entre otras cuestiones, son acciones que aumentan las concentraciones de gases (como el dióxido de carbono) en la atmósfera y producen un efecto similar al de un invernadero, atrapando la radiación terrestre, lo que provoca el aumento de la temperatura del planeta y las alteraciones en el clima.
Efectos en el país
Si bien existen diferentes estudios que dan cuenta del daño que genera el cambio climático en nuestro país -con fuertes tormentas, inundaciones y olas de calor-, recientemente especialistas de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) describieron los padecimientos y riesgos en cada una de las regiones, donde, por ejemplo, se destaca que las precipitaciones y el nivel del Río de la Plata seguirán aumentando a lo largo del siglo. Esto incrementaría la frecuencia de las inundaciones.
A su vez, se menciona que en la Región Centro -más específicamente en su sector norte- las sequías serán más prolongadas, lo que se relaciona a pérdidas económicas por bajo rendimiento de cultivos. En contraposición, se espera aumento de lluvias en la zona sur y centro de esta región, por lo que habrá más condición de humedad y en consecuencia podría expandirse la frontera agrícola.
En lo que respecta al Litoral y Pampa Húmeda, habrá que prever lluvias más intensas e inundaciones. «Los cambios en el uso del suelo de esta región han incrementado los caudales de los ríos de la cuenca del Plata, potenciando el riesgo de inundaciones», dicen desde FARN y explican que la necesidad de salvaguardar ganado de las inundaciones en el Litoral es un buen ejemplo de que el fenómeno ya se está dando. Asimismo, el informe menciona que el Noroeste es la región que corre mayores riesgos de impacto social debido a las olas de calor y estrés hídrico.
En relación con la región de Cuyo, las consecuencias estarán vinculadas al agua, debido a que se espera una disminución en las áreas de los Andes cubiertas por hielo. Ese deshielo y la disminución de las precipitaciones aceleran el agotamiento de las aguas superficiales, por lo que se prevé mayor vulnerabilidad de varias economías regionales.
Por último, la Estepa y los Andes patagónicos verán una aceleración del proceso de desertificación y reducción en el caudal de ríos, lo que aumentaría, además, el riesgo de incendios forestales.
Gestión del Desarrollo Sustentable
Si bien los panoramas presentados hablan de grandes impactos negativos en nuestros suelos, ríos, bosques, glaciares y humedales, entre otros escenarios, el compromiso de impulsar modelos de negocios con mayor conciencia social y ambiental es un camino que alienta a las comunidades y reduce consecuencias.
La CAME, como entidad gremial empresaria representante de las pequeñas y medianas empresas del país y motores de su desarrollo económico, toma ese compromiso como bandera y continúa impulsando su sello de Triple Impacto CAME Sustentable, que acompaña a las pymes en su transición hacia modelos de negocios alineados a la inclusión social y el cuidado de nuestro planeta.
Cabe destacar que, en el acompañamiento mencionado, esta herramienta única en su tipo en Latinoamérica impulsa el desarrollo de buenas prácticas sustentables en las empresas y promueve el análisis de riesgos -por ejemplo, ambientales-, que identifica escenarios y adelanta decisiones que reducen impactos negativos.